A ver, imaginad al malo: un tipo en moto. Chupa de cuero,
entero de negro; el casco también. La cámara le enfoca viniendo desde un
callejón y luego pasa a la puerta. El tipo, disparando
revólveres desde la moto, en plan vaquero. El ojo del espectador le ve
pasar de frente desde punto fijo.
¿En serio no os imagináis la escena? ¡Es perfecta! La
historia contada desde el poli, claro; un malo así necesita mantener el
misterio. Mientras tanto, los de las noticias contándonos el ambiente de
acojone que se va gestando en la pequeña ciudad. Y, por supuesto, unos cuantos
ciudadanos de a pie, de los cuales un par deberían mantenerse ajenos a la
acción principal —la búsqueda del asesino—, pero no viene mal que algún otro se
vea afectado de alguna manera.
Segundo golpe: nueve muertos en menos de una semana. La pasma ya desquiciada. ¿Asesino en serie o
conspirador político? Aquí, ya el detective —un gendarme, bien sûr— tiene que empezar a moverse. Las investigaciones
empiezan a dar primeros datos. Aparece una testigo que describe la fría acción
del asesino al cambiar de pistola cuando una se le encasquilla en medio del tiroteo. Dice también algo
de un tatuaje en el cuello. Las noticias siguen dando informaciones y la
población no sale de sus casas. Todavía no hay ningún sospechoso concreto.
Llega la noche. El diabólico asesino sigue suelto por Toulouse...
Llega la noche. El diabólico asesino sigue suelto por Toulouse...
(Continuará...)
"[...]el detective —un gendarme, bien sûr— tiene que empezar a moverse."
ResponderEliminarMe ha recordado a Mortadelo&Filemón con el Súper en plan "Que sí,pesaos, que vayáis a ver qué pasa." xD
Es acoj**ante cómo anda la peña por los países civilizados de Europa...